martes, 26 de noviembre de 2013

Pensar y Reflexionar: el ideal.

“Una virtud que se le dio al ser humano desde su creación fue la razón, virtud que lo hace diferente a los demás seres vivos y el superior. Sin embargo su evolución lo hizo fortalecer la virtud y al mismo tiempo deteriorarla”.
Cotidianamente se realizan una serie de acciones, que pueden repetirse o no repetirse,  pueden ser pensadas o no y reflexionadas o no, pero si son llevadas a cabo tuvieron que pasar necesariamente por uno de los dos procesos.
Pero ¿cuál es la línea que diferencia a ambos conceptos?


Pensar por una parte implica el llevar conceptualmente a la mente una representación de una acción u objeto, y en el caso de la acción llevarla a cabo. Todo el mundo piensa en algo hasta cuando mencionan que no piensan en nada, pero el pensamiento no implica el deliberar entre varios aspectos y tomar decisiones, pensar solo implica un proceso mental que lleva a una acción hasta cierto punto por impulso.

Por el contrario reflexionar idealmente nos lleva a actuar de manera más deliberada, reflexionar implica pensar, analizar, valorar, tomar decisiones y de forma más precisa actuar.
Por ejemplo se puede pedir que se piense en una manzana y se presenta mentalmente una imagen que representa un concepto que tenemos de manzana, y no se puede implicar un análisis, valoración, toma de decisiones o acotación.
 Sin embargo si se pregunta ¿Qué manzana es mas deliciosa, la verde, la roja o la amarilla? Se presenta un esquema de representaciones de las tres manzanas, es decir se piensa. Acto seguido se analiza en cuanto a preferencias por experiencias personales con las tres manzanas y se valora la información obtenida de las tres manzanas. A continuación se toma una decisión puesto que se elige un tipo de manzana como la más deliciosa. Pero la acción es lo que implica el puente esencial del proceso porque es de esperarse que la persona que respondió el cuestionamiento compre manzanas del color que eligió.
A ese proceso se le llama reflexión sobre una acción singular.
Pero si al momento de comprar la persona piensa sobre los costes de las manzanas, la calidad de producción de las mismas, marca, lugar de origen, lugar de venta, entre otras alternativas. El proceso se vuelve más complejo, u aun así pasa si es que tiene que comprar más frutas considerando las mismas opciones, en ese momento se habla de reflexionar sobre un conjunto de acciones parecidas y su estructura, ya que el patrón se repite pero ahora vienen diferentes factores extras que vuelven a este proceso un  proceso de constante renovación y cambio de dirección en las decisiones y acciones.
·         Reflexión en plena acción
Reflexionar en plena acción tiene implicaciones de una gran capacidad de toma de decisiones.
En el caso de la persona que comprará frutas, si va al mercado y quiere una fruta baja en carbohidratos, como es el caso del pepino, y al llegar no encuentra los mismos tiene que tomar una decisión y buscar alguna otra fruta.
En ese momento se utilizan los recursos cognitivos que posee la persona y se presenta un proceso de análisis, valoración y toma de decisiones que deben llevar a una acción concreta en un limitado límite de tiempo, haciendo del proceso un incierto que puede llevar al fracaso o éxito.
·         Reflexión fuera del impulso de la acción
Retrospectiva:
La reflexión retrospectiva se relaza sobre acciones que se realizaron, haciendo un análisis y valoración de las acciones que llevaron al éxito o fracaso de alguna actividad.
Y regresando al ejemplo se realiza fuera del mercado, en un ambiente diferente, puede ser que se realice cuando la persona va a comer y se acuerda que la fruta que compró no le convenía por que le provoca malestares estomacales o por que no le puede poner limón y chile.  Eso implica tomar una decisión no inmediata y valorar hechos pasados.

Prospectiva- planes alternativos con renovación constante.
La reflexión prospectiva implica la elaboración de una plan estratégico de acción con diferentes alternativas.
Con nuestro ejemplo seria que a partir de reflexionar lo pasado tracemos una ruta de acción futura que nos lleve de manera más probable al éxito, como por ejemplo ir al mercado los lunes que hay casi de todo porque llega la mercancía, o elaborar una lista de alimentos bajos en carbohidratos para seleccionar uno de la manera mas adecuada al ir al mercado y también puede ser la alternativa de ir a un mercado más grande, donde probablemente se encontrará variedad de puestos de pepinos.
Ahora bien se puede reflexionar sobre un sistema de acciones que se realizan de manera cotidiana, como por ejemplo ir al mercado sin saber qué es lo que voy a comprar, pero sé que necesito ya no consumir carbohidratos y comprar barato para cuidar mis finezas. Pero al ir al mercado compro lo primero que se me antoja y olvido ambas partes, lo curioso es que pasa siempre lo mismo.
Y para reflexionar sobre este sistema de acciones se necesitan diferentes motivaciones que se llaman motores de reflexión, que aparecen con los incidentes desencadenantes y generalmente proveen de una reflexión retrospectiva sin llevarnos a prever.
¿Por qué pensar y reflexionar son el ideal?
Porque son procesos consecutivos, que implican un conocimiento conceptual o experiencia y forjan los nuevos conocimientos.

Y es aquí donde estriba la importancia de reflexionar en la educación, porque es un fenómeno complejo, donde de ello depende la conformación de nuevos conocimientos y experiencias formadoras que pueden llevar al éxito a todos los actores educativos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario