La investigación ha tenido una evolución importante con el paso de los años, se ha revestido de paradigmas cuantitativos, cualitativos y mixtos. Y su principal función siempre ha sido la conformación de nuevos saberes. Su proceso implica el conocimiento de una realidad y la obtención de las evidencias de la misma.
La práctica reflexiva implica más que la obtención de conocimientos, implica hacer uso de ellos de la manera más adecuada, aunque se puede actuar sin necesariamente tener conocimientos o tenerlos sin ser reflexionar ante ello.
La práctica reflexiva se acompaña de un proceso de formación no mecánico, más bien de un hábitus que permita una formación de esquemas de comportamiento consciente, que vaya acompañado de los impulsos y de los conocimientos para actuar de la manera más pertinente en algunas circunstancias.
Es tal ejemplo del video que se presenta a continuación, de una caricatura, donde la problemática que aqueja a dos niños es la actuación sobre la acción.
Esy se va por el camino de la investigación, y obtiene buenos resultados que lo llevan a conocer, pero no a solucionar la situación o resolver su problema y Mimi actúa de manera impulsiva, sin necesariamente conocer, pero reflexionando en torno al tiempo en que se puede tardar su compañero en encontrar una solución.
Al parecer ambos están como en los extremos. Pero al final se demuestra que la reflexión es una acción que no necesariamente necesita de conocimiento, aunque provoca incertidumbre por que los impulsos de Mimi, si bien llevaron a resolver el problema, también pusieron en aprietos a ambos niños. Y que la reflexión por tanto se convierte en un proceso complejo de confluencia de personalidad, conocimiento y emociones.
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